Neko

jueves, 6 de noviembre de 2008

Esquina nostálgica


El vehículo iba rápidamente por la avenida nocturna. Ella con sus audífonos (que cantaban alguna extraña melodía) miraba distraída por la ventana hasta que sus ojos se abrieron enormes al pasar por aquel lugar. La calle oscura, la esquina iluminada de luz blanca y desolada, la figura de un hombre la acompañaba. Él ya era mayor, de gorra conocida. Su mano paseaba a aquella criatura de antiguos días, esa criatura con la cual juguó contenta, con la cuál se asustó de sus potentes aullidos, animal tierno y un poco torpe.

Y deseó poder acercarse a aquel hombre. Qué ganas de hablarle, de poder darle un abrazo apretado como antes pudo dárselo, de preguntarle cómo está él y su tan linda señora, de contarle que desde hace tiempo que quería verlo, que a ellos los extrañaba por lo tiernos que fueron... y los mejores. Es que todo fue mejor antes.

Y sólo fueron unos segundos, ella volteó su cabeza con tristeza y ansias hasta verlo desaparecer en su esquina iluminada. Se quedó mirando fijamente largo rato, la mirada vacía, el silencio formado por ruidos sordos e inútiles.

Es que no podía bajarse del vehículo andando, es que no podía seguir extrañándolo si tenía que ver con aquello que se supone, debía dejar atrás.

Pero al cariño poco le importan aquellas situaciones devastadoras de la vida. A los más querientes los deja colgando con amor que queda sin dar, con abrazos que faltan entregar… y que tal vez no se regalen nunca más. Los lazos quedan dentro y en los recuerdos, pase lo que pase, no se borrarán todos esos bellos momentos.



[Para ellos que los quiero mucho y agradezco el cariño y la bondad que tuvieron hacia mi persona. Por aceptarme y ser generosos de corazón.
Tal vez ahí logro comprender de dónde puede salir alguien tan fascinante...de ellos obviamente...

...lástima que quizá nunca lean esto u.u]