Neko

sábado, 13 de septiembre de 2008

Pesadilla


El cielo con sus rugidos aunciaba truenos
el cielo era más enorme de lo que quisiera
lanzaba rayos violentos hacia la tierra
el rugido no se detenía.

Allí en una esquina sola, miraba hacia arriba
las nubes grises cubrían la mitad del cielo
la otra mitad cortada por un cuchillo gigante
era negra, negra como todo aquello venía.

Y me sustaba, y el cielo era más enorme
y yo más pequeña, más vacía
decidí ir a mi tibia cama, ahora fría
sentí los gritos de enfado, por levantarme a despertar de día.


Hay sueños y sueños.
Algunos revelan más que episodios sin sentido.
No me gustaría tenerlos porque además de pasar un mal rato, quedas preocupada y no duermes bien las pocas horas que puedes dormir (Vanessa Torche es incapaz de dormir de día a menos que su cansancio sea espectacularmente grande y tampoco logra dormirse prontamente por las noches pues sufre de insomnio y tiene su reloj invertido pues posee más ánimo por las noches que por los días. Un Búho pequeño y nervioso.)
En la preocupación quedas y en ésta misma no logras dormir. Las horas van pasando una tras otra, el reloj y sus números borrosos por miopía y astigmatismo se burlan porque aún no puedo descansar. Cuando lo logro ya es la hora en que todos se deben levantar… menos yo.
Pero lo que me dura de día además del horrible sueño acumulado es la preocupación.
Cuando tengo pesadillas es cuando tengo temor y angustia o cuando lo que viene no será para bien. Todas me dan un terror enorme que me hace transpirar y no hay escapatoria, ahí estás.
No me gustó sentir que el cielo era tan grande porque yo era demasiado pequeña. No me gustó ver su mitad negra…cubierta. Sus nubes grises y lluviosas si en estos días de Septiembre ya va saliendo el sol.
No me gusta ver como toda mi burbuja se va desvaneciendo y como tras las sonrisas y fachadas hermosas se esconden desgracias y pesares.
Eso es lo que nubla mi pequeña mentecilla como decía él, y la pequeñita tenía que ensuciarse con el mundo también, es el ciclo de la vida.

Pido que ese cielo se achique, o mejor aún que yo me agrande, que todos nos agrandemos. Pido no estar sola en esa esquina y que la mitad negra desaparezca junto con las lágrimas, que las nubes grises se dispersen y logren dejar ver el sol que traerá sonrisas y momentos para recordar. Pido que los truenos cesen junto con los llantos y los gritos de rabia. Los rayos brillantes y rápidos se cambien por aves de cantar melodioso que traigan el porvenir de un mejor año. Ese que pedimos todos cuando finaliza el pasado, el pasado que fue horrendo aunque tuvo cosas buenas.
Ojalá me salve. Me quiero ver abriendo alas blancas y flotando por el cielo, o mejor aún: me quiero ver, manito tomada de un globo y volar por los aires. En el cielo gris un corazón morado y brillante, sí ese que siempre he querido yo.

Mi pequeña gran fuerza, para ustedes y todos aquellos que la necesiten. Los que no pueden irse a la chucha por estar mejor que uno. (Mentiiiira si soy envidiosa pero no es para tanto ^^)




[Y el mundo se vé tan triste, sólo tú me puedes hacer sentir bien

Ojalá me salve. Me quiero ver abriendo alas blancas y flotando por el cielo, o mejor aún: me quiero ver, manito tomada de un globo y volar por los aires. En el cielo gris un corazón morado y brillante, sí ese que siempre he querido yo. ]

La niña anda silenciosa y pensativa y melancólica. Esperando y ansiando como siempre, soñando y volando como siempre. Queriendo mucho y bostezando como siempre. Extrañamente la aqueja un apetito de los mil demonios que rara vez ha tenido…

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